Articulo: El cumplimiento regulatorio y la innovación son amigos.

Introducción:

Existe la falsa creencia de que la regulación limita a la innovación, sobre todo en el sector financiero; en mi experiencia he recibido múltiples consultas encaminadas a identificar como realizar determinada operación financiera o bancaria de determinada forma, lo que me permite vislumbrar las fallas de perspectiva de quien diseña los productos financieros; las ideas que me exponen en su mayoría son interesantes y creativas, pero son concebidas desde una falta de contexto normativo, lo que en muchas ocasiones origina que la idea propuesta se vea modificada y con ella la expectativa de sus resultados, a continuación compartiré una serie de reflexiones que ayudarán a comprender mejor a lo que me refiero.

Pensar fuera de la caja:

El pensamiento “fuera de la caja” es un concepto que se utiliza para describir la capacidad de pensar de manera creativa, de ver las cosas desde una perspectiva diferente y de encontrar soluciones innovadoras a los problemas. Sin embargo, a veces se malinterpreta como la necesidad de “deshacerse de la caja o desconocerla”, es decir, de inobservar completamente las estructuras y sistemas existentes, porque se piensa que son limitantes o arcaicos.

En realidad, el verdadero valor del pensamiento fuera de la caja no radica en desconocer o deshacerse de la caja, sino en la transformación de esta. No se trata de rechazar todo lo que la “caja” representa, sino de comprenderlo, de tomar lo que funciona y de construir algo nuevo y mejor a partir de ello.

La “caja” requiere ser vista como un conjunto de reglas, normas o convenciones que en algún momento demostraron su eficacia en el contexto y finalidades para las que se crearon; acto seguido, debemos identificar el grado o parte de identidad actual con aquel contexto y finalidades para saber que nos sirve y que debemos cambiar; así mismo, tener presente el lugar al que queremos llegar, la finalidad que pretendemos conseguir o lo que queremos llegar a ser, para que aquello que se tenga que cambiar evolucione a la mejor opción posible. Es decir, en lugar de desechar estas reglas, podemos aprender de ellas, adaptarlas y mejorarlas, al hacerlo, no sólo estamos pensando fuera de la caja, sino que estamos transformando la caja en algo nuevo y mejor adaptado al actual contexto y finalidades.

El pensamiento fuera de la caja no debería concebirse como una invitación a la anarquía en contra de la caja, sino una llamada a la innovación y a la mejora continua. Es un proceso de evolución, es sobre la transformación de la caja, no sobre su destrucción.

Hay que entender los productos para crear nuevos:

En el mundo financiero, el diseño de nuevos productos es un proceso que requiere un entendimiento profundo de las operaciones y servicios financieros existentes. Este entendimiento no solo es crucial para garantizar la conformidad con las regulaciones financieras, sino que también es una conveniencia previa que puede facilitar la innovación y la creación de nuevas modalidades de servicios financieros.

El entendimiento de las operaciones financieras o bancarias implica tener un conocimiento detallado de cómo funcionan los servicios financieros, desde las transacciones bancarias básicas hasta los instrumentos financieros más complejos. Esto incluye entender las necesidades y expectativas de los clientes, así como las tendencias del mercado y las regulaciones financieras.

De acuerdo al derecho bancario, las operaciones financieras se clasifican en tres tipos:

  • Operaciones pasivas o de captación de depósitos: en las que una organización bancaria recibe y custodia el dinero de los particulares en cuentas corrientes, de ahorro, de inversión, etc., y les entrega a cambio un porcentaje de los intereses devengados con el préstamo de su dinero.
  • Operaciones activas o de préstamos y créditos bancarios: en las que una organización bancaria le entrega en calidad de préstamo una cantidad solicitada de dinero a un particular, a cambio del cobro de una tasa determinada de interés.
  • Operaciones neutras o servicios bancarios: en las que una organización bancaria permite a sus clientes llevar a cabo cobros, transferencias y otro tipo de servicios de los que el banco no necesariamente obtiene un dividendo, generalmente son actos de ejecución instantánea, en los cuales la relación comercial entre la Entidad y el Usuario inicia y concluye con la simple ejecución del acto.

Este entendimiento permite a los diseñadores de productos financieros o bancarios identificar oportunidades para la innovación. Por ejemplo, cómo se pueden mejorar los servicios financieros o bancarios existentes o cómo crear nuevos servicios que satisfagan las necesidades no cubiertas de los clientes. También les ayudará a descubrir cómo utilizar las tecnologías emergentes para mejorar la eficiencia y la eficacia de las operaciones financieras o bancarias de acuerdo con el espíritu de protección al cliente y al sistema financiero contenido en la regulación aplicable.

Además, el entendimiento de las operaciones financieras puede ayudar a los diseñadores de productos financieros o bancarios a navegar por el complejo entorno regulatorio. Al entender las regulaciones financieras, pueden diseñar productos y servicios que no solo sean innovadores y que satisfagan las necesidades de los clientes, sino que también cumplan con las regulaciones financieras. 

El Cumplimiento Regulatorio como Guía

El cumplimiento regulatorio no es un obstáculo para la innovación, sino una guía. Las regulaciones establecen parámetros dentro de los cuales las empresas pueden operar de manera segura y ética. Estas reglas no sólo protegen a los usuarios de servicios financieros y al propio sistema financiero, sino que también proporcionan un marco para que las empresas innoven de manera responsable.

Ley Fintech, todo se puede:

Como ya lo hemos analizado, la innovación y la regulación son mal concebidos como conceptos contradictorios en el mundo financiero. Sin embargo, en realidad, son dos caras de la misma moneda. La Ley Fintech en México es un claro ejemplo de cómo la regulación puede fomentar la innovación, en lugar de obstaculizarla.

Es común que los diseñadores de productos y las áreas de innovación vean a la regulación como un obstáculo. Este pensamiento se debe a un puro desconocimiento del gran mundo de posibilidades que prevé el modelo novedoso. En lugar de ser una barrera, la regulación puede actuar como un catalizador para la innovación, proporcionando un marco seguro y eficaz para experimentar y probar nuevas ideas.

La Ley Fintech introduce el concepto de “modelo novedoso”. Este término se refiere a cualquier servicio financiero que utilice herramientas o medios tecnológicos de una manera diferente a los métodos existentes en el mercado. En otras palabras, si la ley actual no permite prestar un servicio financiero innovador, la Ley Fintech proporciona las bases para hacerlo de manera segura y responsable.

Estos modelos novedosos pueden surgir tanto de empresas no reguladas como de entidades financieras. En ambos casos, la ley permite a estas entidades probar sus modelos bajo la supervisión de las autoridades financieras. Esto significa que la innovación puede prosperar dentro de un marco regulado, lo que beneficia tanto a las entidades financieras como a los usuarios de estos servicios. 

Conclusión:

En mi experiencia, es viable poner en marcha cualquier idea para realizar operaciones financieras o bancarias en formas innovadoras, he disfrutado llevando a cabo muchas de ellas, sin embargo, para ello es indispensable concebir estas ideas con apoyo en el entendimiento de la propia operación financiera o bancaria a realizar y su ciclo de vida, así mismo, moldearla bajo el espíritu de protección al cliente o usuario de servicios financieros y protección al sistema financiero contenido en la regulación, con esto tendremos frente a nosotros un verdadero modelo novedoso que será el vehículo a través del cual se puede poner a prueba cualquier idea innovadora y al mismo tiempo sentar las nuevas bases para una reforma legal al marco regulatorio existente.

Escrito por: Augusto MENESES.

Abogado Especialista en Tecnologías de la Información.