Diseño Jurídico, más que una estrategia jurídica.
Generalmente, como abogados al tomar un asunto en nuestras manos establecemos una estrategia para dar una solución a un problema lo más cercana posible a las expectativas del cliente (si es posible, superándolas), quien comúnmente ya es una contraparte en un litigio, ésta forma de participación se ha vuelto prácticamente la definición de abogado en la cotidianidad, tan es así que, cualquier definición que hoy día encontremos sobre el vocablo “abogado” tendrá implícito un conflicto y la defensa de alguna de las partes que participan en el.
Es momento de concebir una nueva definición —más amplia— de la labor de un “abogado” como profesional del derecho, y esta nueva definición deberá concebirlo como un facilitador en el establecimiento y creación de nuevos negocios, es decir, reconocer su participación en lo que comúnmente se reconoce como cadena de producción o proceso productivo, dejando atrás —superando— la definición de mero participe en la solución de conflictos.
Un Abogado Reactivo vs Abogado Productivo.
No les voy a mentir, cuando me gradué de la carrera en derecho pensé que mi labor y mi brillo los encontraría ganando asuntos para personas que me contrataran para ello. No fue así, pues tuve la oportunidad de participar en el diseño y desarrollo de productos tecnológicos con procesos legales incorporados. Me refiero a los procesos legales incorporados con todo aquel aspecto de carácter jurídico que por ley debe revestir ciertas formas, características, elementos y orden para su validez y efectividad, y que se encuentran inmersos o forman parte de un proceso productivo. Me siento agradecido de haber tenido tal experiencia.
Un nuevo rumbo.
Al ser conscientes que podemos participar en la cadena de producción y no solo en la línea de defensa de intereses, se abre frente a nosotros una infinidad de posibilidades, pues podemos ponernos al corriente con la innovación tecnológica, que cada día posibilita la actualización y creación de procesos y productos en los cuales podemos contribuir para lograr su eficiencia.
Ejemplo de lo anterior es el comercio electrónico, en este se deben encontrar los elementos necesarios para perfeccionar el contrato de compraventa —principalmente, más no únicamente—, es decir, debe existir el objeto de la compraventa y el consentimiento documentado —pruebas de que se otorgó—. Ayudar a guiar la implementación de la tecnología para que el derecho reconozca en ella actos jurídicos es nuestra labor como abogados especializados en tecnologías de la información.
Nuestra participación como abogados especialistas en tecnologías de la información implica entender estas, el negocio y el derecho para poder armonizarlas, haciendo de dicha unión un producto jurídicamente viable, es decir, previniendo conflictos y dando certeza jurídica a la operación de nuestro cliente, es decir, realizar un Diseño Jurídico.
No debe confundirse el Diseño Jurídico con otros diseños consustanciales de las tecnologías, como el diseño UX o IU —hay más—, pues de confundirlos, como abogados, abandonaríamos la importancia del Diseño Jurídico para centrarnos y competir con el Diseño a nivel de Usuario, se insiste, la labor del Abogado Especialista en TIC’s es contribuir logrando un producto jurídicamente viable, previniendo conflictos y dando certeza jurídica a la operación de nuestro cliente, no necesariamente decidiendo los colores y la visualización de las pantallas.
El Diseño Jurídico se trata de cerciorarse que todo el ciclo de producción revista las formas, características, elementos y orden necesarios para producir los efectos jurídicos deseados —reduciendo los imprevistos— de una manera armónica con el negocio y la tecnología, es decir, contribuye a la dirección del negocio y la explotación de la tecnología con una visión preventiva de conflictos y de certeza jurídica.
El reto.
Tenemos frente a nosotros la monumental —pero igual de satisfactoria— tarea de concientizar a los diligentes del negocio de que algunas formas, características, elementos y orden son necesarios para cuidar del negocio, el Diseño Jurídico es el volante del negocio propulsado por la desbordante aceleración de la tecnología.
Escrito por: Augusto MENESES.
Abogado Consultor en Tecnologías de la Información.